La historia de los seres humanos y de sus sociedades está escrita en los objetos que han ido empleando. Estos cuentan cosas de las necesidades de las personas que los fabricaron, de la importancia que le daban a la utilidad y a la belleza.

Nuestra sociedad es ecléctica, con una tecnología que ofrece mas información que nunca, tanta que se corre el riesgo de no procesarla adecuadamente. Se dispone de Internet, una herramienta magnífica para el autoaprendizaje pero a la vez, el mejor lugar para perder el tiempo, y de aplicaciones que facilitan y favorecen las tareas creativas. Partiendo de esta situación, los diseñadores tienen que ofrecer a las generaciones futuras proyectos innovadores, funcionales, duraderos, sostenibles y sencillos cuyos objetivos sean mejorar el entorno mas cercano.
Las personas se relacionan con el diseño desde el momento en que emplean objetos, decoran las casas, eligen la ropa, seleccionan una web o leen una revista. Mas allá de estas relaciones objetuales, hay que pensar que empleando las mismas técnicas y estrategias creativas que se usan para llevar a cabo un proyecto de diseño, se pueden planificar otros procesos, comportamientos o tareas, consiguiendo así mejorar y optimizar el entorno y nuestras vidas. En estos momentos la sociedad está en crisis y sólamente integrando en el trabajo diario estos planteamientos se conseguirá un cambio. El desarrollo de estas cuestiones, junto con la creatividad, son los pilares de los proyectos de diseño que están basados en las ideas fundamentales que se exponen a continuación.
EL DISEÑO ESTÁ EN TODO
Cada objeto ha sido ideado, diseñado y realizado por alguien, y esa persona ha solucionado una necesidad o un problema dando respuesta a cuestiones básicas que todo el mundo es capaz de hacerse. Al elegir una solución, el entorno sufrirá modificaciones por la interacción que se establecerá con ese objeto y las conductas que se generarán.
TODOS SOMOS DISEÑADORES
Los diseñadores no son personas especiales dotadas de un don, como tampoco lo son las que son consideradas artistas. Lo único que les diferencia del resto es que sus progenitores o profesores alentaron su capacidad creadora y ellos después supieron aplicarla a sus pasiones. La educación que se imparte actualmente debe modificarse. Los aprendizajes han de estar basados en la práctica no en la memorización. En las aulas de Diseño hay que formar a los alumnos en función de la sociedad cambiante en la que vivimos. Deben capacitarse para los cambios aprendiendo estrategias creativas que se adapten a diferentes situaciones, desarollar su capacidad crítica y de autoaprendizaje y cimentar sus habilidades sociales y emocionales. La realidad es que todos nacemos creativos pero la educación suele eliminar esta capacidad en vez de incentivarla.
SOMOS NUESTROS PROPIOS DISEÑADORES
Que el diseñador se diseñe a si mismo de forma creativa es una tarea esencial. Tiene que entender el trabajo y la vida personal como un todo. Para conseguir los objetivos que se plantee en cada proyecto de diseño debe planificar el trabajo. Incluir en la agenda no sólo reuniones, horas de dibujo o de estudio sino también tiempo para pensar, para la estimulación cultural y social y para cuidar la salud. Todos los diseñadores son fundamentalmente elaboradores de ideas y para ello han de entrenarse a diario. Pero nada funcionará adecuadamente si no consiguen aplicar la inteligencia emocional tanto al trabajo como en la vida cotidiana.
LA SOSTENIBILIDAD, EL MEDIO AMBIENTE Y LA ECOLOGÍA SON UNA PRIORIDAD
Tener en cuenta estos aspectos con respecto a los productos que se diseñan es imprescindible. La sostenibilidad aplicada al diseño implica que hay satisfacer las necesidades actuales sin sacrificar las de las generaciones futuras. Por tanto, es tarea del diseñador que las interacciones que establezcan con el entorno a través de sus productos no sean destructivas.
USO ADECUADO DE LA TECNOLOGÍA
Las nuevas tecnologías ofrecen ventajas como que la búsqueda de información se ha simplificado mucho o desventajas como el riesgo de perder el tiempo delante del ordenador de forma inconsciente. Las nuevas aplicaciones abren infinitas posibilidades creativas para dibujar y diseñar pero no hay que olvidar que lo fundamental es entender la tecnología como una herramienta y que lo importante es la capacidad del diseñador para generar ideas.