La creatividad consiste en aportar soluciones originales generando productos, procesos y también conductas, siendo estas últimas unas de las herramientas fundamentales cuando nos referimos al diseño del ser humano.
El primer producto de un diseñador es él mismo, y la aplicación adecuada de esas “conductas herramienta” necesita una gran dosis de creatividad.
En este proceso de diseño de uno mismo, como en cualquier otro proceso de transformación, es preciso tomar conciencia de que todos nacemos siendo creativos, y que además, la creatividad se entrena, es un trabajo de mejora continua, de compromiso personal que consiste en estar convencido de que todo es mejorable. Es la tarea de millones de personas que hacen a diario lo mejor posible su trabajo, que se preguntan continuamente cómo pueden diferenciarse, que más cosas podrían aportar y que pasaría si cambiasen algo.
Algunas de las más importantes “conductas herramienta” a aplicar en este proyecto vital creativo son la confianza en uno mismo, la percepción del poder de las alternativas, y vivir sin miedo. El cambio o “rediseño” a conseguir es la capacidad de salir de la zona de confort venciendo la voz interior que nos habla desde los patrones de repetición y seguridad en los que se nos han entrenado e instalándonos en el deseo de hacer realidad nuestros sueños. El resultado es una toma de conciencia integral de la vida, un aprendizaje esencial de cómo dejar la energía donde realmente merece la pena.
Esto retroalimenta la creatividad, estimula a generar respuestas fuera de lo habitual, a pensar fuera de la caja y no dar por hecho que la única solución es la que ya nos encontramos o la que señalan las normas establecidas.
No es fácil el itinerario; esta actitud de libre pensamiento crítico resulta incómoda porque propone cambios y se enfrenta al status quo y al pensamiento dominante que la consideran una amenaza y la reprimen por medio de sus recursos de control y manipulación.
Es necesario habilitarse para reconducir la resistencia social que las propuestas de cambio conllevan; capacitarse para sobrevivir a la hipocresía empresarial y cultural que predica la creatividad e innovación, manteniendo dinámicas internas que la decapitan en cuanto aparece; hay que autoformarse para recuperar, a base de trabajo diario, todo el destrozo que la educación estandarizada causa en nuestra creatividad.
El diseño integral del ser humano consiste en la búsqueda de nuestro propio camino, sacando partido a todo lo que llevamos dentro y descubriendo qué podemos aportar a este mundo antes de irnos para que sea mejor de lo que lo encontramos.
[…] CREATIVIDAD Y DISEÑO INTEGRAL DEL SER HUMANO. Por Vicky Casellas […]