CÓMO PROVOCAR CON EL DISEÑO EMOCIONAL UNA RESPUESTA EMOTIVA EN LAS PERSONAS CREANDO UN VÍNCULO CON EL OBJETO QUE VA MÁS ALLÁ DE SU UTILIDAD

CUANDO NO SE TENÍA EN CUENTA EL PUNTO DE VISTA DEL USUARIO
Cuando los primeros productos industriales empezaron a fabricarse no se tenían en cuenta aspectos que no fueran los meramente funcionales. Creadores como Willian Morris empezaron a plantearse que había que utilizar otros parámetros que introdujeran el punto de vista del usuario a la hora de emprender el proceso creativo de los objetos que se diseñaban.
Empezaron ha llevarse a cabo estudios ergonómicos que intentaron establecer una relación más profunda entre el usuario y su manera de interactuar con el producto a un nivel físico. Pero cada vez fueron tomando más importancia, no solo estos aspectos, sino además los emocionales y psicológicos que intervenían a la hora de usar el producto, el comportamiento del usuario, cómo participaban sus cinco sentidos a la hora de usarlo, las sensaciones que le producían, las analogías emocionales que establecía.
Todos estos recursos comenzaron a aplicarse en el mundo de la publicidad y después en cada una de las partes del proceso creativo y fabricación del producto. En la actualidad, la clave de la comercialización exitosa depende de la personalización, la diferenciación, de tener en cuenta todas esas emociones que giran en torno a la utilización de cualquier diseño, de adaptarse a las personas de forma integral, de que sean prácticos, se disfruten y resulten intuitivos.


¿QUÉ SON LAS EMOCIONES?
La emoción es una reacción psicofisiológica que representa diferentes modos de adaptación a ciertos estímulos. Etimológicamente, la palabra emoción proviene del latín “emotio” que significa impulso, movimiento y que hace referencia a aquello que mueve a una persona hacia algo.
Según García Salazar (2006) existen siete emociones básicas: la ira, el miedo, la felicidad, el afecto o el amor, la sorpresa, el disgusto y la tristeza.
Es importante no confundir la emoción, que es una reacción común y general para todos los seres humanos, con el sentimiento, que es una reacción personal. Los hechos de la vida cotidiana nos generan emociones que se producen en nosotros de forma inconsciente. Cuando esto ocurre valoramos la emoción empleando el pensamiento y por ello cada persona genera un sentimiento diferente.

EL DISEÑO EMOCIONAL
El diseño emocional es aquel enfocado en la relación que se establece entre el usuario y el objeto, en la creación de productos que además de cumplir con sus funciones prácticas, tiendan a provocar una respuesta emotiva en las personas, a través de la interacción sensorial, generando una experiencia de uso más placentera e íntima y creando un vínculo que va más allá de la simple utilidad de los objetos.
Para entender el diseño emocional hay que tener claro el concepto de emoción y el de usabilidad. Una emoción es una alteración del ánimo intensa y pasajera, agradable o penosa que aparece junto a cierta conmoción somática que afecta al interés con el que se participa en algo que está ocurriendo. La usabilidad es la capacidad de un producto o servicio de ser comprendido y empleado por el usuario de forma natural e intuitiva, porque los elementos del producto o sistema están ubicados y funcionan como el usuario espera.

UN POCO DE HISTORIA DEL DISEÑO
La funcionalidad había sido la base del diseño desde la Bauhaus. Sin embargo, en los años 70, algunos diseñadores italianos como Ettore Sottsass comenzaron a poner en práctica el Diseño Radical, también llamado Antidiseño o Contradiseño, un nuevo concepto muy vinculado a la diversión, a la creatividad y a la emoción, en contra de los parámetros eminentemente racionalistas y funcionalistas.
Harmut Esslinger, diseñador industrial que ha trabajado, entre otras empresas, para Sony y Appel, creó en 1969 en su Alemania natal Frog Design, una empresa innovadora que tiene como lema “la forma sigue a la emoción”, basándose en la idea de que el diseño es un acto de creación para mejorar la vida cotidiana de las personas.
También en los años 70 surge Kansei una escuela de ingeniería fundada por el profesor Mitsuo Nagamachi basada en la palabra japonesa compuesta de la sílaba “kan” que significa sensitividad y “sei” que significa sensibilidad. Propone medir científicamente el grado de «kansei» que tiene un diseño específico atendiendo a las diferentes respuestas emocionales respecto a los objetos y sus partes, para lograr diseños más efectivos y más satisfactorios para sus usuarios.

DISEÑO PARA DISFRUTAR
Norman (2005) analiza la función emocional de un diseño en su obra:
“Nos sentimos mucho más vinculados a aquellos productos que nos son cercanos. Por tanto, la verdadera personalización y la customización marcan una gran diferencia. Tan pronto como establecemos algo de compromiso o involucración respecto a un producto, es nuestro para siempre. Cambiar el color o algún otro detalle menor no es suficiente. La persona tiene que invertir de verdad, tiene que «ser dueña» de los cambios (…). El diseño de un producto puede evocar emociones de forma explícita o implícita, a través de su estética. Si relacionamos la estética y la usabilidad tendremos que los diseños más atractivos son aquellos que resultan más fáciles de usar (…). El objetivo del diseño emocional es pasar de diseñar productos y servicios prácticos, que funcionen y se entienda bien a diseñarlos de forma que se disfruten, que reporten placer e incluso diversión”.
En palabras de Desmet (2006):
“La emoción es una cualidad fundamental de la existencia humana, y la mayor parte de nuestro comportamiento y pensamiento está influenciado y enriquecido por las emociones. Nuestra relación con el mundo es afectiva, y todas las interacciones humanas muestran el color de la emoción. Ignorar el lado emocional de los productos sería como negar que estos productos están diseñados, comprados y utilizados por los seres humanos. Creo que es nuestra responsabilidad pensar en el impacto emocional de nuestros diseños”.

Arte Casellas. Diseño emocional. Clases. Preparación. Prueba específica. Acceso. Estudios Superiores. Diseño. Grados Superiores

LAS EMOCIONES QUE  PROVOCAN LOS PRODUCTOS
Algunas de las emociones y sentimientos que los productos provocan son:
Placenteras: deseo, sorpresa, inspiración, diversión, admiración, satisfacción, fascinación, etc.
Desagradables: indignación, desprecio, asco, sorpresa, insatisfación, decepción, aburrimiento, etc.
Para muchos diseñadores conocer las emociones que generan sus productos es clave. Premo es una web  basada en una herramienta que emplea la información de los clientes y que utiliza 12 expresiones de emoción con animaciones para descubrir el impacto emocional de cualquier tipo de producto. Esta herramienta pregunta a los consumidores reales cómo se sienten cuando se enfrentan a un determinado producto considerándolo un estímulo externo que genera determinadas percepciones con respecto a los cinco sentidos y que hace que se desarrolle una valoración inmediata como por ejemplo sobre si gusta o no, si resulta bonito o feo, interesante o indiferente.
Analiza la respuesta corporal de aproximación o alejamiento que suele generarse a continuación y que va seguida de una interpretación personal de las respuestas que ofrece el producto. Tiene en cuenta la emoción positiva o negativa que se produce en función de todo lo anterior y de factores como el precio, la necesidad, la solvencia o el contexto, y finalmente, estudia en qué términos se produce o no la intención de compra.

LAS EMOCIONES NOS INFLUYEN CUANDO COMPARAMOS
Las emociones influyen en escoger o no un objeto. Cuando se diseña hay que pensar en el significado de emplear unos materiales u otros, en la personalidad o carácter que connota un producto, en los placeres y experiencias que genera, en la interacción que permite, en la usabilidad o en cómo se percibe la calidad.
También hay que tener en cuenta que existen diferentes niveles de diseño:
– El visceral que busca la belleza, el deseo, la pasión.
– El conductual que da prioridad al uso, la interacción y la eficacia.
– El reflexivo que le brinda mayor importancia al mensaje, el significado y la evocación.
Jordan (2002) expone que los productos han de producir placer en los usuarios y cita cuatro tipo de placeres:
– Fisiológicos, aquellos producidos por el cuerpo y los sentidos.
– Psicológicos, los basados en las emociones y en los pensamientos.
– Sociológicos, aquellos cimentados en las relaciones.
– Ideológicos, los basados en los valores.

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FIDELIZAR Y CUSTOMIZAR PARA SATISFACER AL CLIENTE
Otra de las claves del diseño emocional es conseguir personalizar o customizar el producto para fidelizar a esa persona que tiene una necesidad que satisfacer. Hay que barajar todo tipo de herramientas y emplear toda la tecnología disponible para conseguir hacerla sentir que forma parte del proceso de creación del producto.
La clave de la personalización es interactuar con ella, conseguir información, preguntarle sobre sus deseos y conocer sus comportamientos para ofrecerle a cambio respuestas a su medida. Establecer un contacto adecuado con las personas también es muy importante teniendo en cuenta: el canal de comunicación que se emplea y la frecuencia con que se utiliza, las características del mensaje y el momento en que se establece.
La personalización de las experiencias también es importante de manera que, la persona que vaya a utilizar la respuesta que se le propone, lo sienta como una experiencia única e incluso pueda generar un cambio en su comportamiento debido al valor que se pone a su disposición. El empleo del producto debe suponer una mejora y la obtención de resultados positivos.
Si es así, se conseguirá más fácilmente la fidelización de la persona hacia el artículo que se le ofrece. Hay que tender a personalizar el producto sin que el presupuesto se encarezca tendiendo a la estandarización como en el caso de productos como las gafas o las sillas ergonómicas.

GENERAR VALOR AÑADIDO
Generar valor añadido es otra de las claves para conseguir la personalización y además diferenciarse de la competencia. Consiste en saber dar a la persona lo que valora. La clave está en los detalles que se aportan y que no tienen porqué repercutir en el precio del producto. En muchos casos el valor añadido se confunde con lujo, ya que puede suponer que se eleve el precio y que el producto solo quede al alcance de los que tienen un poder adquisitivo elevado.
Según Munari (1983):
“El lujo es una necesidad para la gente que quiere tener una sensación de dominio sobre los demás. El lujo es ficción, si las personas son ignorantes admitirán, y tal vez hasta envidien, a quien vive en el lujo. Pero ¿a quién le interesa la admiración de los ignorantes”.
Los aspectos a tener en cuenta como valores a ofrecer pueden ser los relacionados con la salud o la diversión, la efectividad, el prestigio, la experiencia, la fiabilidad, la importancia del trabajo en equipo, la rapidez, el trato, la profesionalidad, la firma personal, el origen de las materias primas, la forma de distribución y de fabricación, la comercialización, la atención al cliente, la posibilidad de probar antes de comprar, la resistencia, el servicio postventa, la multifunción, las actualizaciones, las condiciones de pago, la facturación, la mejora continua, la comunicación, la configuración, la entrega, la confianza, el empleo de la tecnología, lo que se ofrece de forma gratuita, etc.

PERSONALIZAR ATRIBUTOS
Hay que encontrar los atributos que valora la persona que utilizará el artículo, y que son muy variados, individualizando cualquiera de ellos. Los productos están compuestos por componentes básicos, que no pueden modificarse y componentes añadidos que se pueden adaptar. Puede personalizarse muchos atributos: el diseño, la oferta, los servicios, las promociones, el precio, la calidad, los materiales, la durabilidad, el etiquetaje, los folletos, el embalaje, la entrega, la marca, el surtido, la garantía, etc. Otras formas de personalización son que el nombre o la foto del cliente aparezca en el producto, la fabricación bajo pedido o la fabricación modular.

EL DISEÑO Y LOS CINCO SENTIDOS
El diseño emocional se adentra en el mundo de la percepción utilizando toda la información que a través de los cinco sentidos llega a las personas acerca de los objetos o servicios que tienen a su disposición. Se interesa por:
– Cómo percibe el usuario el objeto.
– Qué hace y cuál es la actitud después de percibirlo.
– Qué siente y qué consigue al utilizarlo.
– Qué piensa cuando interactúa con él.
– Si quiere repertir o no la experiencia y porqué.
– Si se siente diferente o especial al usar el objeto.
– Qué piensa tras un determinado tiempo de usarlo.

MEJORAR LA RELACIÓN ENTRE LAS PERSONAS Y LOS PRODUCTOS
El diseño emocional no debería ser una forma de marketing sino una manera de mejorar la relación entre las personas y los productos y servicios. Se interesa por entender al usuario de forma sistémica teniendo en cuenta aspectos cognitivos y emocionales, analizando la experiencia de uso como un proceso que dura desde que la persona entra en contacto con el objeto, mientras lo utiliza y hasta que decide dejar de usarlo.
Hace referencia a todos aquellos aspectos que crean lazos con el usuario más allá de los racional y emplea los sentimientos que culturalmente están asociados al producto o que la persona crea de forma individual utilizando su experiencia previa y sus valores. Esto es así porque las emociones afectan a la capacidad de atención y memorización, al rendimiento del usuario y a la valoración del producto.

En este libro de Vicky Casellas encontrarás un capítulo sobre diseño emocional. Puedes conseguirlo GRATIS visitando este enlace: “Cómo diseñar. Tendencias del siglo XXI: tipos de diseño, características, definiciones y ejemplos”.

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Referencias Bibliográficas:
–  Desmet, P., 2006, Entrevista de Marco Van Hout para Design and emotion. Disponible en: http://www.design-emotion.com/2006/11/05/getting-emotional-with-dr-pieter-desmet/
– García Salazar, J. L., 2006, Cómo ser creativo, Sevilla, Trillas Eduforma.
– Jordan, P., 2002, Un introduction to usability, London, Taylor and Francis.
– Norman D., 2005, Porqué nos gustan (o no) los objetos cotidianos, Barcelona, Paidós Ibérica.