A mediados del siglo XIX muchos artistas estaban preocupados por la proliferación de objetos industriales de mal gusto, de mala calidad e impersonales. El creador que lideró esta inquietud fue Willian Morris. Además de escritor, pintor y político, capitaneó el resurgimiento del movimiento artesanal. Fue de los primeros en preocuparse por hacer diseños manufacturados, bellos y funcionales. En colaboración con los diseñadores Voysey, Asbee, y Macmurdo, creó una asociación de artistas y artesanos que se llamó “Arts & Crafts” que rechazaba los objetos industriales y en su lugar proponía productos artesanales a los que consideraba de mayor pureza espiritual, con más calidad y más humanos.
Pensaba, además, que los trabajadores, como cualquier ciudadano, tenían derecho a disfrutar de objetos con buen diseño y vivir confortablemente. Las fuentes de inspiración de sus diseños fueron: la naturaleza (flores, frutos, animales), la tradición rural y la recreación medieval. Diseñó tejidos, papeles pintados, azulejos, muebles y sillas.
Sus muebles estaban pensados para ser resistentes y confortables y solían ser de madera sin barnizar. También diseñó tipografías, ilustró libros y portadas e imprimió libros de forma artesanal. Pero estos diseños artesanos resultaban más caros que los fabricados en serie y con maquinaria, al requerir más exigencia y esmero. No podía competir con los productos fabricados industrialmente, que aunque de peor calidad eran más baratos y de rápida distribución. Sin embargo sus ideales de ética profesional, calidad, compromisos social y pretensiones de mejora, influirán posteriormente en muchos diseñadores.
Los principios fundamentales de Arts & Crafts son:
– Buscar la inspiración en las raices culturales de la cultura propia (gótico y medieval).
– Rechazar el sistema industrial y sus métodos de trabajo deshumanizados que fabrican productos de baja calidad y explotan a los trabajadores.
– Artístas y artesanos deben tener la misma importancia y trabajar juntos en un mismo proyecto común.
– Se deben crear objetos útiles, racionales y adecuados a su fin.
– Los materiales empleados deben ser naturales.
– Debe existir un compromiso ético y social con los diseños que se realizan, de manera que sean de calidad y beneficiosos para la sociedad.
– La arquitectura debe ser el foco dinamizador que asocie las artes y los oficios artesanales.
Artículo escrito por Vicky Casellas
Fuentes bibliográficas consultadas:
– Branzi, A., Biamonti, A., Galli C. y otros, 2009, Atlas Ilustrado del Diseño, Madrid, Susaeta.
– Fiell, Charlotte & Peter, 2000, Diseño del siglo XX, Barcelona, Taschen.
Deja un comentario