Arte Casellas. Suzanne Valadon por Gloria GonzalezMarie-Clémentine Valade nació en Francia en 1867. Su espíritu libre y el ímpetu de la juventud, le hicieron con catorce años abandonar su casa buscando nuevas aventuras en el bohemio París. Allí frecuentó la noche de Montmartre, donde se cruzó en su camino una oportunidad irresistible: trabajar en el Circo Molière, instalado en la Place de Pigalle. Debutó como acróbata, amazona y trapecista y entre sus espectadores contaba con pintores de la talla de Degas, Forain y Toulouse-Lautrec.
Una desafortunada caída le obligó a dejar la carpa. A cambio, gracias a su belleza y los contactos obtenidos, se convirtió en la musa de grandes maestros de la Pintura, cambiando el circo por los estudios de artistas.
El primer taller al que asistió como modelo en 1882, pertenecía a Puvis de Chavannes, famoso por sus composiciones de temática mitológica, con quien no sólo mantuvo una relación profesional, sino también sentimental.


Un año más tarde, su rostro fue inmortalizado en el conocido “Baile en Bougival” de Renoir, quien fue el primero en descubrir algunos dibujos de la pintora, animándole a lanzarse a la actividad pictórica, pero sin ofrecerle ningún otro apoyo. Sería también en 1883 cuando, a la edad de dieciséis años, diera a luz a su único hijo, Maurice Ultrillo, quien asumió el apellido de un periodista español, admirador de la pintora, que lo reconoció legalmente como hijo. Fue un polémico pintor, adicto al alcohol y de conductas violentas, quien, al igual que su madre, nunca llegó a conocer el nombre de su progenitor.
Sería Degas quien le animara y le diera consejos como artista, ejerciendo influencia en su estilo y la temática de algunos de sus dibujos.
Finalmente, Toulouse-Lautrec le incitó a lanzarse al mundo artístico y cambiarse de nombre por otro más comercial que le supusiera un reconocimiento entre los pintores de Montmartre: Suzanne Valadon. De él fue modelo y amante, una relación tempestuosa empapada en el alcohol que le marcó profundamente.
Suzanne fue una mujer valiente, que se bebió la vida a grandes tragos, disfrutándola en cada esquina, con cada amante, entre la frescura de sus obras y el calor del vino, siendo la fuerza de sus composiciones y los colores vibrantes de sus figuras, fiel reflejo de su propia experiencia vital.
Suzanne Valadon aprendió de los grandes mientras posaba para ellos, llegando a ser considerada una gran pintora Postimpresionista y Fauvista, viviendo su última etapa como una artista consagrada.
En 1894 se convirtió en la primera mujer que administró la Société Nationale des Beaux Arts y en 1915 celebró su primera exposición individual, con gran aceptación del público y la crítica.
Paisajes, naturalezas muertas, retratos y desnudos que hoy pueden ser contemplados en grandes pinacotecas como el Centro Georges Pompidou de París y el Museo Metropolitano de Nueva York.
Escrito por Gloria González diplomada en Empresariales, licenciada en Economía y Máster en Acción Solidaria Internacional de Europa, ejerciendo profesionalmente como coordinadora de proyectos educativos.
Imagen tomada de: http://www.aloj.us.es/galba/MONOGRAFICOS/LAUTREC/Valadon.htm