Arte Casellas. Sonia Delaunay. Por Gloria GonzalezHe aquí un tributo a la reina del Art-Déco, una mujer que durante gran parte de su carrera profesional vivió a la sombra de su marido, hasta que la vida le dio la oportunidad de brillar con esa luz que tan bien supo reflejar en sus obras. Su estilo marcó tendencia y fue un referente en la moda parisina de los años 20 y 30.
Sonia nace en Ucrania en noviembre de 1885 y a muy temprana edad comienza una vida llena de viajes, marchando a San Petersburgo al ser adoptada por sus tíos. Luego conocerá Alemania, Francia, España y Portugal, entre otros países, donde se dejará inundar por las influencias artísticas de autores como Picasso, Georges Braque, Maurice de Vlaminck, Cézanne, Van Gogh, Matisse…, y del sentimiento que suscitaron en ella la luz y los colores de la Península Ibérica. Fallecería en París en diciembre de 1979, tras una vida de creación permanente, dotada de un sentido decorativo excepcional.
De profesión ARTISTA, encarnó el concepto de DISEÑO INTEGRAL: fue diseñadora de elementos tan diversos como tejidos, prendas de ropa, vestuario de diferentes espectáculos de cine, teatro, ópera o los ballets rusos de Diaghilev; decoradora de pabellones de exposiciones; publicista; emprendedora; conferenciante y, por supuesto, pintora, perfil que determinados entornos relegan a un segundo plano, encasillándola en el ámbito del diseño.


En todas sus obras buscó el efecto del color y fue precisamente el estudio de la percepción de éste lo que le atrajo de Robert Delaunay en 1909, cuando le conoció en París. Sobre la teoría del color versó su conferencia en la Sorbona en 1927, donde introdujo el concepto del “prêt-à-porter”, revolucionando una vez más el arte moderno.
Mujer de carácter, exquisitamente educada y con un desarrollado pensamiento crítico, en 1964 se convirtió en la primera mujer que en vida expuso de manera retrospectiva sus obras en el Museo del Louvre.
Su vida personal estuvo marcada por acontecimientos históricos de los que fue testigo, como las dos Guerras Mundiales, la Revolución Rusa o la crisis económica del 29, sabiendo aceptar todo ello como una adaptación a cada momento y una liberación continua de todo lo que poseía, teniéndose que reinventar permanentemente; y por acontecimientos personales como el nacimiento de su único hijo y su matrimonio con Robert Delaunay, de quien llegó a decir: “En Robert Delaunay encontré un poeta. Un poeta que escribía no con palabras, sino con colores”.
Así era Sonia Delaunay, una creadora permanente, una explosión de geometría, luz y color que supo ponerle palabras a su vida en su autobiografía “Nous irons jusqu’au soleil”, publicada en 1978.
Ella capturó la esencia del Sol en sus obras alors, nous irons jusqu’à ses ouvres para tocar el Sol.

Nota: fotografía tomada de: http://imprint.printmag.com/color/sonia-delaunay-show-at-the-cooper-hewitt/