BRIDGET RILEY: LA ARTISTA DEL OP ART. Por Gloria González

Artista británica contemporánea nacida el 25 de abril de 1931, Bridget Riley a sus 82 años, es miembro del Consejo de la National Gallery de Londres y continúa exponiendo e investigando las aplicaciones del color y las formas.
Especialmente significativa por sus contribuciones al desarrollo del “Op Art”, sus obras no dejan de fascinar al público de diferentes generaciones.
De abuelo y padre impresores, desde pequeña supo apreciar el impacto visual que en ella generaban los acantilados, las nubes y los cambios de luces.
De 1952 a 1955 estudió en la Royal College of Art de Londres, donde sentía limitado su proceso creativo ante las normas impuestas por la institución.
La segunda mitad de los años cincuenta experimentó una ralentización en su producción artística. Esta tendencia cambió al final de la década, gracias a la visita de una exposición en la Tate Gallery, sobre pintores expresionistas abstractos americanos.
Poco a poco fue explorando en sí misma y construyendo un estilo propio, influido por autores como Matisse y Bonnard. De los Impresionistas franceses le atraía el interés por la percepción, su propia óptica en la naturaleza y las ideas del color y de la luz.

En 1958 comenzó a trabajar como ilustradora en la agencia de publicidad de J. Walter Thompson y ese mismo año daría un paso más en su carrera, al asistir a la exposición “The Developing Process” (“El Proceso de Desarrollo”), basada en las ideas del profesor y escritor Harry Thubron, quien hablaba de la alfabetización visual en el uso del color, la creación de la forma y la construcción del espacio. Él defendía que el arte era un fenómeno visual y no una mera ilustración conceptual.
En 1960 viajó a Italia, donde quedó fascinada ante sus galerías y edificios y comenzó a estudiar al francés Seurat, mostrando así gran interés por la técnica del Puntillismo.
Fue en la década de los sesenta cuando comenzó a reconocérsele como artista del Optical Art. Este movimiento consistía en crear complejas configuraciones de formas abstractas, con el fin de producir efectos ópticos llamativos. Riley inició su trayectoria con formas geométricas muy simples en blanco y negro, creaciones sin ninguna finalidad más allá del mero impacto visual.

En 1962 presentó por primera vez en solitario en Londres, en 1963 se llevó el Premio de la Crítica AICA en esta misma ciudad y en 1965 se produjo una verdadera revolución al exponer en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, junto a otros artistas del momento, en la muestra llamada “The Responsive Eye”, teniendo un gran éxito entre el público, no tanto entre la crítica, quien consideró este trabajo como un engaño para la vista. (Para más información pincha aquí):

Este nuevo estilo tuvo un gran impacto en la moda de los años sesenta, así como en los ámbitos de la decoración, la publicidad y la industria del DISEÑO.
A finales de esta década y principios de los setenta, Bridget Riley introdujo mucho más el color en sus obras, bajo la premisa de que la percepción de éste es relativa, estando determinada por el efecto óptico producido por su posición, generando así una determinada sensación de movimiento.
Sus creaciones de esta época fueron color en acción, una combinación entre lo visual y lo emocional, acentuado por el uso de las líneas curvas, estableciendo un paralelismo entre poesía y música, entre las formas y el color.

La visita a Egipto en 1981 fue especialmente significativa para la artista, a quien le conmocionó el uso que los Antiguos hacían del color, así como su pureza y brillo.
La técnica empleada por la autora resulta fascinante: ritmo, espacio y profundidad, una mezcla de pura física y matemática y del reflejo del infinito en dos dimensiones, junto con la laxitud del movimiento y de las curvas. Perfecta armonía, aparentemente casual, sus obras parecen música transformada en color.
Merece una mención especial la producción de una serie de murales de colores que pintó a principios de los ochenta, para el Royal Liverpool Hospital, siendo creadas con la intención de ejercer un efecto terapéutico sobre los pacientes, incitando en ellos un estado de relajación.
Artista e investigadora del color, a ella le debemos una nueva perspectiva del arte y del diseño.
Y tú, ¿te atreves a crear tu propia “optical creation” a partir de una matriz musical? Pincha aquí: http://www.op-art.co.uk/music/
Escrito por Gloria González diplomada en Empresariales, licenciada en Economía y Máster en Acción Solidaria Internacional de Europa, ejerciendo profesionalmente como coordinadora de proyectos educativos.